25 de febrero de 2019

PROGRAMA RADIO 22 febrero 2019 - LOS PRIMEROS GATOS EGIPCIOS - bukanerazarza

LOS PRIMEROS GATOS EGIPCIOS


PROGRAMA El 22  de Febrero 2019
Onda Cabanillas

Día del gato 20 de Febrero 2019

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LOS GATOS EGIPCIOS


La cultura egipcia tenía una sociedad muy diferente a la de otras culturas de su época, ya que se había desarrollado mucho más, como en el respeto a la vida, o en una incipiente igualdad de género, ya que consideraban a la mujer como complementaria del hombre, que no igual,   partiendo de todo esto se observa  que tenían una visión más avanzada que la que tenían otras sociedades contemporáneas.

Los egipcios tenían un tótem que era un objeto natural o un animal  al que  tomaban como símbolo icónico de la tribu o de  una persona, el totem tenía diferentes atributos y  significados según lo que representaban.

Cuando una tribu o un miembro  lograba una victoria, tenía derecho a exigir,  de los perdedores que adorase a su tótem, que solía ser un gato,  que habían seleccionado   según  sus cualidades, y los servicios que prestaba, así como su valentía o coraje.

Hacia el siglo año 3.000 a.C. se constituyó un imperio bajo el poder de  Menes, que adoptó una religión más ecléctica en la que se adoraban animales como el gato, el ave ibis, las águilas, escarabajos u otros seres vivos.

Para los egipcios la visión de los animales estaba muy influenciada y relacionada por el concepto que tenían del universo que estaba representado por la diosa Maat, cuya entidad representaba la justicia universal, el equilibrio,  la armonía cósmica que estaba en el mundo desde su origen.

A diferencia de la greco-romana que ponían al hombre como el centro del universo para dominar a todas las especies, la visión egipcia ponía tanto el ser humano como los animales o las  plantas como  seres que  debían respetarse por igual.

Por esa razón se entiende que un animal podía llegar a convertirse y ser tan importante para ellos como el ser humano.

Según  el filósofo griego, Herodoto, refiriéndose a los egipcios, dijo que ese era el único pueblo que tenía a los animales en sus casas y por  esa estrecha relación entre animales y humanos, los egipcios se volvieron grandes conocedores del reino animal.

Los egipcios eran  capaces de distinguir rasgos anatómicos, psicológicos, costumbres, dietas,  etc.  de los animales, y por ese  motivo dieron a sus dioses rasgos y características físicas de animales.o
El nombre que los egipcios daban al gato era una onomatopeya que sonaba como a “miu”  “miau”  “chau”.

Los gatos eran usados para la caza, pues los egipcios eran amantes de esa actividad y cazaban pájaros con un instrumento de madera que lanzaban al aire y los gatos cobraban la pieza cazada, como si fueran perros.

La admiración y el  respeto que tenía a los gatos hizo que fuera el animal más representado en la cultura del antiguo Egipto.

Los gatos vivían con las personas y eran considerados como otro miembro de la familia,  sí un gato moría, se creaba una tragedia, como sí hubiera fallecido uno de ellos,  por lo que la familia iniciaba un duelo en el  que en se rasuraban las cejas como símbolo del dolor que sentían y para demostrar el respeto a su mascota  tras su muerte, y como agradecimiento por lo que les había ofrecido durante su vida.

Los gatos se encuentran representados en diversas iconografías como en esculturas, pinturas, joyerías, jarrones, joyas,  vajilla, así como en las pinturas, y decoraciones, por ser un símbolo protector.
Los habitantes del antiguo Egipto, creían  que la muerte era tan solo un tránsito hacia la vida eterna, por lo que  decidían llevarse consigo las cosas que más apreciaban y entre sus bienes más preciados y que querían tener consigo toda la eternidad eran sus amados gatos.
Para los egipcios  la muerte era muy importante y en sus tumbas representaban escenas de sus vidas cotidianas, para que mediante las pinturas sus bienes más preciados  perdurasen toda la eternidad.
Los gatos se consideraban sagrados por ser un nexo entre la tierra y el más allá.

Han aparecido gatos enterrados en muchas tumbas,  tanto momificados como embalsamados. En ocasiones están representados en relieves, en nociones  iconográficas, esfinges, estelas, estatuillas con forma de gatos,  jeroglíficos, o manifestaciones pictóricas,  con el fin de que con este tipo de representaciones en cualquiera de sus modalidades, estuviesen los gatos  junto a  sus amos, para que les hicieran compañía y les acompañaran en su viaje al más allá.

El filósofo griego Heródoto,  escribió que cuando sucedía un  incendio,  todos los egipcios se preocupaban de salvar a los gatos y asegurarse que ningún  animal  muriese pasto de las llamas, antes que preocuparse de sofocar el incendio, y si alguno moría les causaba una gran pena.

Ese respeto por la vida se hacía notar tanto en el nacimiento de los  hijos de los egipcios, como en el de las crías de los animales de granja cuyos,  pastores y ganaderos  los cuidaban con sumo esmero, como bueyes, vacas, cerdos, ovejas, gallinas etc.

Era habitual ver a las egipcias pasear acompañadas de gacelas, mientras que los niños jugaban con sus monitos.

Ramses II iba siempre en su carro acompañado de su mascota, que era un guepardo, mientras que otros faraones podían tener leones y leopardos, los hermanos grandes de los gatos.

Tut- mosis tenía una gata que enterraron y momificaron junto a él con altos honores de faraona.

La faraona Hash-tepsut que llegó a tener un extenso zoológico con mandriles, jirafas y leopardos, pues les encanaban los animales.
También usaban animales de trabajo como el caso de los monos babuinos que se los usaban para recoger dátiles y cocos de las palmeras, y como los monos son tan escandalosos y gritones q los usaban para patrullar junto a los miembros del ejército.

Los egipcios intentaron domesticar muchos animales pero no lo consiguieron con todos, pero si lo consiguieron con los gatos aunque según fuentes más tarde domesticarían también a los perros, pero los usaban como sirviente y no como compañeros que era como trataban a los gatos.

Los miu aparece en grabados de la vida cotidiana de los egipcios, como se aprecia en los grabados y en las  estelas donde aparecen tumbados o sentados durante los banquetes ceremoniales, pues se les asociaba sobre todo con la protección.

Cuando los egipcios domesticaron a los gatos y los introdujeron en sus templos y sus casas  hacia el 3000 a.C. había gatos por todas partes, pues se reproducían muy rápidamente.

Al estar asociados a la divinidad, los egipcios creían que con sus ojos podían ver el interior del alma humana, y por esa cuestión que consideraban sobrenatural,  las mujeres y los hombres se maquillaban los ojos tratando de imitar la mirada de los gatos y de esa forma parecerse y tener los ojos de un felino.

Obviamente estos gatos no eran como los gatos domésticos actuales ya que eran salvajes y ariscos, pero con el tiempo se fueron domesticando y acostumbrando a las comodidades de vivir entre los humanos, adelgazaron y perdiendo masa muscular, volviéndose más tolerantes también con otros animales y los humanos.

Los gatos y los humanos encajaron muy bien, porque los egipcios basaban su alimentación en una gran variedad de  cereales  con los que hacían pan y cerveza, estaban siempre muy preocupados de sus cosechas, pero tenían un problema y es que había unos pequeños animalitos que podían estropearlo todo, hablamos de los roedores, los que cazarían los gatos, y esto era muy interesante para ambos, por lo que fueron bienvenidos a convivir con los humanos, y los gatos encantados de vivir con ellos.

El gato no solo obtenía comida sino también protección de las personas, siendo un círculo perfecto, para ambos, y así poco a poco estos pequeños felinos fueron introducidos en las casas y graneros volviéndose una imagen cotidiana, en todo Egipto.

Cada templo tenía sus propios gatos. De ellos se encargaba el « guardián de los gatos », cargo importante y hereditario.
El gato, como otros animales sagrados, tenía un estatus particular en la sociedad egipcia.

Estaba prohibido causar la muerte de un gato, o maltratarlo, y los infractores se arriesgaban a penas muy severas, la pena era proporcional a la importancia que tuviera el gato en cuestión, pudiendo recibir castigo de la pena capital, no importando si se había producido de forma accidental.

Los sacerdotes eran los encargados de repartir  justicia, y eran los que decidían si el acto era voluntario o involuntario, así como el castigo que se debía imponer.

El historiador griego Diodoro de Sicilia describe una escena que se desarrolló hacia el año 60 a.C.: un carro romano atropelló por accidente un gato egipcio y, pese a las órdenes del faraón Ptolomeo XII de hacer un juicio, su soldado egipcio, sin escuchar las ordenes,  mató al conductor en el mismo momento.

La habilidad de los felinos como expertos cazadores y otras muchas cualidades eran dignas de admiración por parte de los egipcios y por ese motivo muchas de las características felinas fueron dadas a sus numerosas deidades, tanto protectoras como guerreras.

En su aspecto más fiero solían admirar a las leonas o leones por sus cualidades guerreras y protectoras, sin embargo los gatos no eran considerados divinidades, aunque existen fuentes  que dicen que fueron venerados como semidioses, pero  principalmente fueron tomados como la representación corporal de sus dioses felinos, y por eso estaban tan protegidos.

Al principio los gatos eran la encarnación del dios Ra porque un gato mató con un cuchillo a la serpiente Apofis, pero alcanzó su momento de esplendor cuando se lo consideró la reencarnación de la diosa Bastet, esta diosa tenía al gato como animal sagrado de su iconografía y es representada con cabeza de  gata, ella era la diosa de la belleza, el amor, la felicidad y era además la protectora de los humanos, pero originalmente se pintaba como una leona protectora y belicosa, pero su imagen con el tiempo se fue modificando para asociarla a las gatas domésticas.

Alguna de sus deidades, generalmente las más conocidas eran las femeninas, como Pajet que representaba una leona cazadora, también representada al principio como una gata salvaje del desierto.

Otra diosa Mut tenía aspecto de Leona que era considerada como la madre y protectora del faraón.

La más conocida fue Bastet considerada en el ámbito domestico como una guardiana.

Sekmeth,  hermana de Bastet la diosa gata, o su alter, pues aparece de las dos formas, como su ego y parte más oscura, pues era  beligerante, se representa como una diosa con cabeza de leona y cuerpo de mujer. Era la señora de la guerra, pero también tenía un lado más suave.

Neit era conocida como “la cazadora”, deidad egipcia asociada a la caza y la guerra, pero también el misticismo.

Entre la parte masculina de las deidades esta el gran gato de Leopolis.

Ptah, el dios de la creatividad,  con aspecto de gato de carácter fuerte,  dominante con otro lado más pasivo y cariñoso, según el momento o según su voluntad gatuna.

Amón  “el oculto” el dios de dioses en la mitología egipcia, también señor de los cultivos, la fertilidad y el poder sexual.

Según el mito cuando Ra después de crear el mundo y darse cuenta de la maldad de los humanos decidió mandar a la hermana de Bastet o su avatar  Sekmeth , conocida como el Ojo de Ra, una sanguinaria guerrera leona, ella estando en la tierra acabó con los malvados, pero era imparable y decidió también aniquilar a los inocentes, los dioses asustados por esto la intentaron detener sin éxito, pues no había fuerza, ni dios que la parara.

Pero, los humanos eran muy inteligentes y prepararon una estrategia,   se les ocurrió preparar grandes recipientes de cerveza teñida de rojo, pero Sekmeth al ver el líquido rojo sedienta de sangre pensó lo era y se bebió toda la cerveza acabando borracha y dormida, ya más tranquila retornó a su aspecto de Bastet una gata mucho más dócil, cariñosa y fácil de tratar con lo que la humanidad logró salvarse.

Aunque el culto del gato ya era un movimiento religioso importante a comienzos del Imperio nuevo, se amplió cuando Shes-honq I desarrolló la ciudad de Bubastis la ciudad para la diosa Bastet, ubicada al este del delta del Nilo.

Bastet era  muy popular e importante entre la gente, por representar  la fertilidad, la maternidad, la protección y los beneficios del sol.
Se reunían los seguidores y peregrinos, para dar culto a la diosa con cabeza de gata que era la responsable de que una vez al año la ciudad se llenara con la  llegada de una enorme muchedumbre por las calles de la ciudad.

Cerca del centro de la ciudad se podía ver el templo de Bastet, que estaba más abajo que el resto de la ciudad, pero para evitar la erosión del agua, posteriormente fue levantado para evitar las inundaciones.

Heródoto, que visitó Bubastis en el año 450 a.C., dijo que el culto a esta diosa era tan grande, que le dedicaban grandes fiestas con mucha cerveza, y gran alboroto, recordando justamente el legendario momento en el que la humanidad se salvó de ser destruida.

Heródoto decía que este templo mucho más humilde que otros más grandes y más caro de las ciudades cercanas no daban tanto placer a los ojos como el dedicado a Bastet.

La ciudad estaba llena de gatos, pues como se les trataba como animales sagrados por ser la reencarnación de  la diosa Bastet, se reproducían demasiado, pero no podían tener tanta cantidad de animales, de manera que aunque eran muy respetados, cuenta una hipótesis que periódicamente se realizaba un sacrificio,  en el que se mataba algunos cachorros seleccionados, después eran bendecidos y momificados para ser vendidos como reliquias sagradas.

 Heródoto describe la ciudad, con un gran canal que la rodeaba, dándole  aspecto de isla desierta, en el medio había una plaza a la que se llegaba  por una hilera de árboles, hasta la entrada de un patio, donde estaba una estatua enorme de Bastet, así como una importante cantidad de gatos sagrados que pululaban por allí alegremente ya que  los sacerdotes les atendían gracias a los donativos de los peregrinos.

Bubastis se convirtió en un centro de comercio, donde vendían  bronces, esculturas, reliquias, y amuletos con la efigie del gato.
El egiptólogo suizo Henri Édouard Naville encontró una fosa de aprox. 20 m3 con gatos enterrados, así como huesos en jarrones, ya que creían que la momificación permitía al ka (espíritu) del difunto  se encontrara  al renacer en el otro mundo con su mascota,  para lo que tenía que permanecer el cuerpo intacto, por eso los gatos recibían los ritos funerarios y el embalsamamiento de la misma manera que sus dueños.
En otra excavación arqueológica del año 1890 se descubrió un antiguo cementerio de gatos momificados, en el que había enterrados más de 170 mil felinos.

Con todo esto no es rato extrañar como los gatos se convirtieron en tan importantes en la historia del antiguo Egipto  lejos de las atribuciones místicas que se les daban, pues  la realidad era que les consideraban compañeros.

Esto nos debería servir de ejemplo de cómo tratar a nuestros gatos y animales en general, a los que debemos proteger y darles la mejor calidad de vida que puedan tener.


LOS GATOS Y GATAS DE MADRID

A finales del s-XI Madrid era una ciudad árabe, y su nombre era Magerit que significa agua subterránea, y estaba rodeada de una gran muralla, el ella mandaba Mohamed I
Alfonso VI rey de Castilla y León cruzó  el Tajo  dirigiéndose hacia este enclave musulmán situado, en un alto a la vista del Manzanares.

Sus hombres, aprovechando la noche, treparon los muros de la fortaleza,  siendo llamados gatos y así consiguieron abrir la Puerta de la Vega, en la parte alta del hoy Parque de Atenas, cerca de la calle Bailén.

Con esto terminamos nuestro viaje de hoy,  con una gran caricia para todas vuestras peludas mascotas.
Espero hayáis tenido una agradable travesía,  con el fin de volver a zarpar con vosotros en el próximo viaje en el tiempo.

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