LOS PRIMEROS GATOS EGIPCIOS
PROGRAMA El 22 de Febrero 2019
Onda Cabanillas
Día del gato 20 de Febrero 2019
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LOS GATOS EGIPCIOS
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LOS GATOS EGIPCIOS
La cultura egipcia tenía una sociedad muy diferente a la
de otras culturas de su época, ya que se había desarrollado mucho más, como en
el respeto a la vida, o en una incipiente igualdad de género, ya que consideraban
a la mujer como complementaria del hombre, que no igual, partiendo de todo esto se observa que tenían una visión más avanzada que la que
tenían otras sociedades contemporáneas.
Los egipcios tenían un tótem que era un objeto natural o
un animal al que tomaban como símbolo icónico de la tribu o
de una persona, el totem tenía
diferentes atributos y significados
según lo que representaban.
Cuando una tribu o un miembro lograba una victoria, tenía derecho a exigir, de los perdedores que adorase a su tótem, que
solía ser un gato, que habían
seleccionado según sus cualidades, y los servicios que prestaba, así
como su valentía o coraje.
Hacia el siglo año 3.000 a.C. se constituyó un imperio
bajo el poder de Menes, que adoptó una
religión más ecléctica en la que se adoraban animales como el gato, el ave
ibis, las águilas, escarabajos u otros seres vivos.
Para los egipcios la visión de los animales estaba muy
influenciada y relacionada por el concepto que tenían del universo que estaba
representado por la diosa Maat, cuya entidad representaba la justicia
universal, el equilibrio, la armonía
cósmica que estaba en el mundo desde su origen.
A diferencia de la greco-romana que ponían al hombre como
el centro del universo para dominar a todas las especies, la visión egipcia
ponía tanto el ser humano como los animales o las plantas como
seres que debían respetarse por
igual.
Por esa razón se entiende que un animal podía llegar a
convertirse y ser tan importante para ellos como el ser humano.
Según el filósofo
griego, Herodoto, refiriéndose a los egipcios, dijo que ese era el único pueblo
que tenía a los animales en sus casas y por esa estrecha relación entre animales y
humanos, los egipcios se volvieron grandes conocedores del reino animal.
Los egipcios eran capaces de distinguir rasgos anatómicos,
psicológicos, costumbres, dietas,
etc. de los animales, y por ese motivo dieron a sus dioses rasgos y
características físicas de animales.o
El nombre que los egipcios daban al gato era una
onomatopeya que sonaba como a “miu” “miau” “chau”.
Los gatos eran usados para la caza, pues los egipcios eran
amantes de esa actividad y cazaban pájaros con un instrumento de madera que
lanzaban al aire y los gatos cobraban la pieza cazada, como si fueran perros.
La admiración y el
respeto que tenía a los gatos hizo que fuera el animal más representado
en la cultura del antiguo Egipto.
Los gatos vivían con las personas y eran considerados
como otro miembro de la familia, sí un
gato moría, se creaba una tragedia, como sí hubiera fallecido uno de
ellos, por lo que la familia iniciaba un
duelo en el que en se rasuraban las
cejas como símbolo del dolor que sentían y para demostrar el respeto a su
mascota tras su muerte, y como
agradecimiento por lo que les había ofrecido durante su vida.
Los gatos se encuentran representados en diversas
iconografías como en esculturas, pinturas, joyerías, jarrones, joyas, vajilla, así como en las pinturas, y decoraciones,
por ser un símbolo protector.
Los habitantes del antiguo Egipto, creían que la muerte era tan solo un tránsito hacia
la vida eterna, por lo que decidían
llevarse consigo las cosas que más apreciaban y entre sus bienes más preciados y
que querían tener consigo toda la eternidad eran sus amados gatos.
Para los egipcios la
muerte era muy importante y en sus tumbas representaban escenas de sus vidas
cotidianas, para que mediante las pinturas sus bienes más preciados perdurasen toda la eternidad.
Los gatos se consideraban sagrados por ser un nexo entre
la tierra y el más allá.
Han aparecido gatos enterrados en muchas tumbas, tanto momificados como embalsamados. En
ocasiones están representados en relieves, en nociones iconográficas, esfinges, estelas, estatuillas
con forma de gatos, jeroglíficos, o manifestaciones
pictóricas, con el fin de que con este
tipo de representaciones en cualquiera de sus modalidades, estuviesen los gatos
junto a sus amos, para que les hicieran compañía y les
acompañaran en su viaje al más allá.
El filósofo griego Heródoto, escribió que cuando sucedía un incendio, todos los egipcios se preocupaban de salvar a
los gatos y asegurarse que ningún animal muriese pasto de las llamas, antes que
preocuparse de sofocar el incendio, y si alguno moría les causaba una gran
pena.
Ese respeto por la vida se hacía notar tanto en el
nacimiento de los hijos de los egipcios,
como en el de las crías de los animales de granja cuyos, pastores y ganaderos los cuidaban con sumo esmero, como bueyes,
vacas, cerdos, ovejas, gallinas etc.
Era habitual ver a las egipcias pasear acompañadas de
gacelas, mientras que los niños jugaban con sus monitos.
Ramses II iba siempre en su carro acompañado de su
mascota, que era un guepardo, mientras que otros faraones podían tener leones y
leopardos, los hermanos grandes de los gatos.
Tut- mosis tenía una gata que enterraron y momificaron
junto a él con altos honores de faraona.
La faraona Hash-tepsut que llegó a tener un extenso
zoológico con mandriles, jirafas y leopardos, pues les encanaban los animales.
También usaban animales de trabajo como el caso de los
monos babuinos que se los usaban para recoger dátiles y cocos de las palmeras,
y como los monos son tan escandalosos y gritones q los usaban para patrullar junto
a los miembros del ejército.
Los egipcios intentaron domesticar muchos animales pero
no lo consiguieron con todos, pero si lo consiguieron con los gatos aunque
según fuentes más tarde domesticarían también a los perros, pero los usaban
como sirviente y no como compañeros que era como trataban a los gatos.
Los miu aparece en grabados de la vida cotidiana de los
egipcios, como se aprecia en los grabados y en las estelas donde aparecen tumbados o sentados
durante los banquetes ceremoniales, pues se les asociaba sobre todo con la
protección.
Cuando los egipcios domesticaron a los gatos y los
introdujeron en sus templos y sus casas hacia
el 3000 a.C. había gatos por todas partes, pues se reproducían muy rápidamente.
Al estar asociados a la divinidad, los egipcios creían
que con sus ojos podían ver el interior del alma humana, y por esa cuestión que
consideraban sobrenatural, las mujeres y
los hombres se maquillaban los ojos tratando de imitar la mirada de los gatos y
de esa forma parecerse y tener los ojos de un felino.
Obviamente estos gatos no eran como los gatos domésticos
actuales ya que eran salvajes y ariscos, pero con el tiempo se fueron
domesticando y acostumbrando a las comodidades de vivir entre los humanos,
adelgazaron y perdiendo masa muscular, volviéndose más tolerantes también con
otros animales y los humanos.
Los gatos y los humanos encajaron muy bien, porque los
egipcios basaban su alimentación en una gran variedad de cereales con los que hacían pan y cerveza, estaban
siempre muy preocupados de sus cosechas, pero tenían un problema y es que había
unos pequeños animalitos que podían estropearlo todo, hablamos de los roedores,
los que cazarían los gatos, y esto era muy interesante para ambos, por lo que
fueron bienvenidos a convivir con los humanos, y los gatos encantados de vivir
con ellos.
El gato no solo obtenía comida sino también protección de
las personas, siendo un círculo perfecto, para ambos, y así poco a poco estos
pequeños felinos fueron introducidos en las casas y graneros volviéndose una
imagen cotidiana, en todo Egipto.
Cada templo tenía sus propios gatos. De ellos se
encargaba el « guardián de los gatos », cargo importante y hereditario.
El gato, como otros animales sagrados, tenía un estatus
particular en la sociedad egipcia.
Estaba prohibido causar la muerte de un gato, o
maltratarlo, y los infractores se arriesgaban a penas muy severas, la pena era proporcional
a la importancia que tuviera el gato en cuestión, pudiendo recibir castigo de la
pena capital, no importando si se había producido de forma accidental.
Los sacerdotes eran los encargados de repartir justicia, y eran los que decidían si el acto
era voluntario o involuntario, así como el castigo que se debía imponer.
El historiador griego Diodoro de Sicilia describe una
escena que se desarrolló hacia el año 60 a.C.: un carro romano atropelló por
accidente un gato egipcio y, pese a las órdenes del faraón Ptolomeo XII de
hacer un juicio, su soldado egipcio, sin escuchar las ordenes, mató al conductor en el mismo momento.
La habilidad de los felinos como expertos cazadores y
otras muchas cualidades eran dignas de admiración por parte de los egipcios y
por ese motivo muchas de las características felinas fueron dadas a sus
numerosas deidades, tanto protectoras como guerreras.
En su aspecto más fiero solían admirar a las leonas o
leones por sus cualidades guerreras y protectoras, sin embargo los gatos no
eran considerados divinidades, aunque existen fuentes que dicen que fueron venerados como
semidioses, pero principalmente fueron
tomados como la representación corporal de sus dioses felinos, y por eso
estaban tan protegidos.
Al principio los gatos eran la encarnación del dios Ra porque
un gato mató con un cuchillo a la serpiente Apofis, pero alcanzó su momento de
esplendor cuando se lo consideró la reencarnación de la diosa Bastet, esta
diosa tenía al gato como animal sagrado de su iconografía y es representada con
cabeza de gata, ella era la diosa de la
belleza, el amor, la felicidad y era además la protectora de los humanos, pero originalmente
se pintaba como una leona protectora y belicosa, pero su imagen con el tiempo
se fue modificando para asociarla a las gatas domésticas.
Alguna de sus deidades, generalmente las más conocidas
eran las femeninas, como Pajet que representaba una leona cazadora, también
representada al principio como una gata salvaje del desierto.
Otra diosa Mut tenía aspecto de Leona que era considerada
como la madre y protectora del faraón.
La más conocida fue Bastet considerada en el ámbito
domestico como una guardiana.
Sekmeth, hermana
de Bastet la diosa gata, o su alter, pues aparece de las dos formas, como su
ego y parte más oscura, pues era beligerante, se representa como una diosa con
cabeza de leona y cuerpo de mujer. Era la señora de la guerra, pero también
tenía un lado más suave.
Neit era conocida como “la cazadora”, deidad egipcia
asociada a la caza y la guerra, pero también el misticismo.
Entre la parte masculina de las deidades esta el gran
gato de Leopolis.
Ptah, el dios de la creatividad, con aspecto de gato de carácter fuerte, dominante con otro lado más pasivo y
cariñoso, según el momento o según su voluntad gatuna.
Amón “el oculto”
el dios de dioses en la mitología egipcia, también señor de los cultivos, la
fertilidad y el poder sexual.
Según el mito cuando Ra después de crear el mundo y darse
cuenta de la maldad de los humanos decidió mandar a la hermana de Bastet o su
avatar Sekmeth , conocida como el Ojo de
Ra, una sanguinaria guerrera leona, ella estando en la tierra acabó con los
malvados, pero era imparable y decidió también aniquilar a los inocentes, los
dioses asustados por esto la intentaron detener sin éxito, pues no había fuerza,
ni dios que la parara.
Pero, los humanos eran muy inteligentes y prepararon una
estrategia, se les ocurrió preparar
grandes recipientes de cerveza teñida de rojo, pero Sekmeth al ver el líquido
rojo sedienta de sangre pensó lo era y se bebió toda la cerveza acabando
borracha y dormida, ya más tranquila retornó a su aspecto de Bastet una gata
mucho más dócil, cariñosa y fácil de tratar con lo que la humanidad logró
salvarse.
Aunque el culto del gato ya era un movimiento religioso
importante a comienzos del Imperio nuevo, se amplió cuando Shes-honq I
desarrolló la ciudad de Bubastis la ciudad para la diosa Bastet, ubicada al
este del delta del Nilo.
Bastet era muy popular
e importante entre la gente, por representar la fertilidad, la maternidad, la protección y
los beneficios del sol.
Se reunían los seguidores y peregrinos, para dar culto a
la diosa con cabeza de gata que era la responsable de que una vez al año la
ciudad se llenara con la llegada de una
enorme muchedumbre por las calles de la ciudad.
Cerca del centro de la ciudad se podía ver el templo de
Bastet, que estaba más abajo que el resto de la ciudad, pero para evitar la erosión del agua, posteriormente fue levantado para evitar las inundaciones.
Heródoto, que visitó Bubastis en el año 450 a.C., dijo
que el culto a esta diosa era tan grande, que le dedicaban grandes fiestas con
mucha cerveza, y gran alboroto, recordando justamente el legendario momento en
el que la humanidad se salvó de ser destruida.
Heródoto decía que este templo mucho más humilde que otros
más grandes y más caro de las ciudades cercanas no daban tanto placer a los
ojos como el dedicado a Bastet.
La ciudad estaba llena de gatos, pues como se les trataba
como animales sagrados por ser la reencarnación de la diosa Bastet, se reproducían demasiado,
pero no podían tener tanta cantidad de animales, de manera que aunque eran muy
respetados, cuenta una hipótesis que periódicamente se realizaba un sacrificio,
en el que se mataba algunos cachorros
seleccionados, después eran bendecidos y momificados para ser vendidos como
reliquias sagradas.
Heródoto describe la
ciudad, con un gran canal que la rodeaba, dándole aspecto de isla desierta, en el medio había
una plaza a la que se llegaba por una
hilera de árboles, hasta la entrada de un patio, donde estaba una estatua
enorme de Bastet, así como una importante cantidad de gatos sagrados que
pululaban por allí alegremente ya que los sacerdotes les atendían gracias a los
donativos de los peregrinos.
Bubastis se convirtió en un centro de comercio, donde
vendían bronces, esculturas, reliquias,
y amuletos con la efigie del gato.
El egiptólogo suizo Henri Édouard Naville encontró una
fosa de aprox. 20 m3 con gatos enterrados, así como huesos en jarrones, ya que
creían que la momificación permitía al ka (espíritu) del difunto se encontrara
al renacer en el otro mundo con su mascota, para lo que tenía que permanecer el cuerpo intacto,
por eso los gatos recibían los ritos funerarios y el embalsamamiento de la
misma manera que sus dueños.
En otra excavación arqueológica del año 1890 se descubrió
un antiguo cementerio de gatos momificados, en el que había enterrados más de
170 mil felinos.
Con todo esto no es rato extrañar como los gatos se
convirtieron en tan importantes en la historia del antiguo Egipto lejos de las atribuciones místicas que se les daban,
pues la realidad era que les
consideraban compañeros.
Esto nos debería servir de ejemplo de cómo tratar a
nuestros gatos y animales en general, a los que debemos
proteger y darles la mejor calidad de vida que puedan tener.
LOS GATOS Y GATAS DE MADRID
A finales del s-XI Madrid era una ciudad árabe, y su
nombre era Magerit que significa agua subterránea, y estaba rodeada de una gran
muralla, el ella mandaba Mohamed I
Alfonso VI rey de Castilla y León cruzó el Tajo
dirigiéndose hacia este enclave musulmán situado, en un alto a la vista
del Manzanares.
Sus hombres, aprovechando la noche, treparon los muros de
la fortaleza, siendo llamados gatos y
así consiguieron abrir la Puerta de la Vega, en la parte alta del hoy Parque de
Atenas, cerca de la calle Bailén.
Con esto terminamos nuestro viaje de hoy, con una gran caricia para todas vuestras
peludas mascotas.
Espero hayáis tenido una agradable travesía, con el fin de volver a zarpar con vosotros en
el próximo viaje en el tiempo.