PROGRAMA 18 DE OCTUBRE
MISS CHING - LA REINA PIRATA DEL MAR DE CHINA
MISS CHING - LA REINA PIRATA DEL MAR DE CHINA
Esta aventura sirve para conmemorar el día de la niña que
se ha celebrado esta semana en todo el mundo.
Por esta razón nos dirigimos a los mares de China, para conocer a una adolescente muy inteligente
de 16 años, que rompió todos los moldes y clichés del oficio de la piratería,
era una joven alta, bella, con el pelo negro y ojos almendrados, muy
brillantes, y un carácter muy fuerte para ser tan joven.
Zhèng Shì nació en el año 1. 775 siendo la pirata más famosa de China, incluso muchas más
que sus colegas masculinos, esta brava mujer capitaneó una de las flotas más
grandes de la historia durante el siglo XVIII.
Esta feroz mujer es conocida con diferentes nombres como Ching
Shih o Madame Ching, entre otros, como aún no era pirata, ella no tenia loro en
el hombro, ni parche en un ojo, ni pata
de palo, ni bandera negra, ni se emborrachaba de ron en cada puerto, pero era la prostituta más famosa y solicitada siendo la que tenía el caché más alto del
célebre burdel flotante de Cantón.
Las jóvenes prostitutas,
eran las única niñas a las que no se les
vendaban los pies, por ser un signo de
castidad, ya que con la venda casi no podían andar y las mujeres
decentes se quedaban encerradas en casa, o como mucho iban a sitios
cercanos al no poder caminar de manera cómoda.
Zhèng Shì mientras trabajaba como prostituta, un día
requirió sus servicios el pirata Zheng Yi que se sintió muy atraído por la joven, no sólo por su belleza, sino también por sus excelentes dotes de organización y negociación.
Por lo que el capitán la tomó para que fuera su concubina, y con el tiempo se casaría con
ella, y como consideró que era una buena
estratega la entregó como dote el 50% de los beneficios que se obtuvieran en
sus incursiones piratas.
Esta pareja asoló
las costas de los mares de China y Vietnam en una rebelión en el bando de Tay-son,
y durante el tiempo que permanecieron el Vietnam decidieron adoptar a un niño al que llamaron Zhang Bao.
En el año 1.807 el pirata Zheng Yi falleció,
y existen varias versiones de cómo murió el capitán.
Dicen que se declaró en rebeldía y siguió navegando para
morir ahogado, cuando una brutal galerna tropical, hundió su principal nave.
También cuentan que
el bravío Ching, tras una derrota agachó
la cabeza aceptando su fracaso de buen
grado, pero un grupo de sus tripulación,
como venganza por haberles abandonado y clausurado tan rentable negocio, como
es la piratería, y en el 1.808 en su honor organizaron un banquete de despedida,
donde le asesinaron con un rico plato de
arroz con orugas envenenadas.
A partir de ese momento su viuda Zheng Shi se convirtió
en la dueña y señora de aquella flota pirata que habían formado entre ambos,
una flota que rondaba por aquel entonces
más de 400 barcos, y Madame Ching tomó el mando de todos los barcos y unos miles
de marineros.
Estos temibles piratas asolaron el Mar de China, sin embargo,
nadie habla de la reina de los piratas, que aunque era la capitana más terrible de esos mares, no la dieron importancia por ser mujer.
La flota de Ching Shih, fue líder a lo largo de la costa,
e incluso a veces imponía tasas e
impuestos sobre los pueblos que invadía, estos pueblos costeros se extendían desde Macao a Cantón.
La gran dama de los mares, Ching Shih, literalmente
cuentan las fuentes, que empuña el
timón, se hace a la mar, unifica todas las flotas piratas dispersas, traza las
rutas, planea los abordajes, las
invasiones a las islas y ataques a pueblos, y de los botines obtenidos lleva las cuentas de las ganancias y las pérdidas
con mucho rigor, manejando hábilmente entre
sus dedos las cuentas de madera de su ábaco.
Esta mujer tiene las virtudes necesarias para la
piratería, una era su carácter, una es
su mano de hierro, y la otra que no
tiene piedad.
En el cenit de su esplendor, tiene a su mando más de 2.000 barcos piratas
con 50.000 cañones y más de 70.000 marineros.
Cada una de las seis flotas en las que divide su poderío
ostenta un color: rojo, verde, amarillo, violeta, negro, y la última, como estándar
con una serpiente, y NO la típica bandera negra con calavera y tibias cruzadas.
Cada flota está comandada por un almirante que debe
rendir estricta cuenta de sus correrías y botines a la reina de los piratas.
Es una mujer muy dura y un error o un faltante del
botín, se paga con la cabeza que era
separada del cuerpo, así cualquier violación al rígido reglamento
que redactó ella misma.
Nadie podía seducir para su placer a las mujeres cautivas,
que eran apresadas en las ciudades o en los campos, ese botín debía ser llevado a bordo del barco principal, y para
poseerlas, se debía pedir permiso al
ecónomo que era el administrador mayor
del barco, y una vez concedido ese permiso, el marinero podía retirarse a la cala del barco, que es la parte
más baja del interior, este espacio está recubierto por tabiques no siendo un
lugar muy confortable para el encuentro amoroso.
Si alguno osase no seguir las normas y usara violencia
contra una mujer violándola o abusando de ella era castigado con la muerte.
Si un hombre va a tierra por su cuenta, sin pedir permiso
o comete un acto llamado "franquear
las barreras" se le perforan las orejas como castigo en presencia de toda
la flota, y en el caso de que ese hombre reincida en su osadía se le da muerte.
Se prohíbe tomar a título privado la menor cosa del botín
procedente del robo o del pillaje. Todo será registrado, y el pirata recibirá,
de las diez partes, dos para él. Las otras ocho corresponderán al almacén
denominado "Fondo general". Tomar algo de ese fondo será castigado
con la muerte.
Pero pese a su gran poder y coraza de mujer dura, la vida
de Madame Ching no es plena, teniendo un
gran vacío en su corazón, por lo que se enamora de su hijo adoptivo, el vietnamita que ya tiene 34 años, y como ella manda y ordena se casa con él, para
de esa forma extender el dominio familiar sobre su colosal flota, que era el azote
y el terror del mar y de la tierra.
Sin embargo, lentamente, se acerca la hora del eclipse
del Imperio Celeste que es demasiado antiguo y poderoso, y el proveedor
comercial de China Ergo, no tolera que ese enorme tejido empresarial de tentáculos
piratas colabore aún más en su
destrucción y se haga rico a sus espaldas,
y el joven emperador Kia-King
decide acabar con la reina de los piratas.
Pero no sabe cómo luchar contra semejante ejército, que
ha arriado banderas, hundido centenares de buques y saqueado poblaciones
enteras.
Para tratar de acabar con el poderío de esa valiente
mujer, el emperador alista una flota,
que piensa que es invencible, y
pone al mando a su mejora almirante, el gran Kuo-Lang, y antes de ordenar su
partida proclama un largo edicto imperial, que fue muy criticado por las formas y el lenguaje utilizado.
Refiriéndose a
Madame Ching y sus fuerzas, el emperador Kia-King le dice a su almirante
Kuo-Lang:
"No son, ni
fueron nunca los verdaderos amigos del navegante ya que lo acometen con ferocísimo impulso y
lo convidan a la ruina, a la mutilación
o a la muerte.
Violan así las leyes naturales del Universo, por lo que
te encomiendo el castigo. Almirante.
No pongas en olvido que la clemencia es un atributo
imperial, y que sería presunción en un súbdito intentar asumirla. Sé cruel, sé
justo, sé obedecido, sé victorioso.
90 días más tarde
de esa reunión, casi 1.000 naves de las
flotas se enfrentan durante día y noche luchando encarnecidamente, entre un estruendo de gritos desgarradores ,
campanas al vuelo, cañonazos, crujir de maderas, chocar de sables, golpes de
gong, todo se despedaza y todo se destruye, pero la pirata Ching vence y el
almirante Kuo–Lang se suicida.
La victoria crea adicción a la reina pirata, que tiene más sed de batalla, y envía de nuevo
a sus barcos a la lucha, quiere más orgía
de sangre, y se lanza sobre aldeas enteras, no deja nada en pie, captura y hace
prisioneras a 1.000 mujeres para traficar con ellas y venderlas en Macao, que es la región China más famosa
por su contrabando de opio y mujeres para la prostitución.
Pero el emperador no levanta bandera blanca, y organiza
una segunda y definitiva expedición, duplicando los hombres, duplicando las naves,
aumentando las armas, y además embarca
augures y astrólogos para que le den suerte y le desvelen el futuro con el fin
de tener una previsión de los acontecimientos.
Como director de la contienda confía la suerte de la batalla
a uno de sus mejores estrategas el almirante Ting-Kuei, que remonta el delta
del Si-Kiang y bloquea el avance la flota pirata enemiga.
Miss Ching no rehúye a la lucha, porque es lo último que haría,
aunque se siente agotada, destrozada y se sabe destronada, aun sabiendo todo eso y que esta batalla la tiene perdida,
lucha como lo que es una valiente guerrera.
Después de una atroz y sangrienta lucha en el mar, sus barcos están destrozados, sus hombres heridos
y agotados, con importantes bajas, ya de nada le sirven el constante retumbar de sus tambores, de sonido
los gongs y de las campanas con lo que
siempre insufló coraje a su tripulación,
la capitana, de pie en medio de la proa, tira sus dos espadas al agua,
se arrodilla, y pide que la lleven a la nave principal del almirante Ting–Kuei,
con esta imagen de derrota, su reino pirata está acabado.
Alguna crónicas no
muy fiables refieren que la viuda, Ching Shi, Madame Ching, Shih Shiang Gu, Hsi Kai, Shih Yang, Kai Ching
Yih, Ching Yih Saou, Ching Yih Saoa, Cheng I Sao y Xheng Yi Sao, y todos sus nombres, que fue perdonada por el emperador y puesta al
frente de una cadena de burdeles como madame y de una red de tráfico de opio.
Madame Ching se puede considerar como la pirata con mayor
éxito de la historia en todas sus ofensivas.
Después de sus grandes hazañas y vivencias, la reina de los piratas murió como había
empezado su vida como en un lupanar de Macao a los 69 años en el año 1.844, y
no con las botas puestas y su cuchillo entre los dientes, como hubiera sido su
deseo, sino entre maquillaje, perfumes y
vestidos de seda con llamativos colores.
Jorge Luis Borges dedicó una historia a "La viuda Ching”, en su libro titulado "Historia
universal de la infamia", en el año 1.933.
Diciendo de ella cuando tomó el mando a la muerte de su
esposo:
Debían tomar una decisión. Era preciso saber, ahora que
su capitán había muerto, quién asumiría el mando. Cuando ya estaban todos
reunidos la viuda subió a cubierta, vestía un traje de capitana bordado con
dragones de oro sobre seda roja, azul y púrpura. En el mar no hay silencio,
pero todos estaban callados, así que fue ella quien habló:
—Miradme capitanes, vuestro jefe estaba de acuerdo
conmigo. La escuadra más fuerte es la que está a mis órdenes. Ha recaudado más
tesoros que ninguna otra. ¿Creéis que me rendiré ante un jefe hombre? Jamás.
Queridos oyentes: Olvidaos de todo lo que el cine y la
literatura nos ha contado. El pirata más grande de todos los tiempos fue una
mujer y navegó en el mar de China. Madame Ching Shih, la mujer sin nombre que arriaba
la bandera roja.
Espero que este ajetreado trayecto no os haya asustado
para el próximo embarque, pero como no
hablar de la Reina de los Piratas que fue esclavizada en su tierna infancia
como prostituta y gracias a su valor e inteligencia llegó a ser una mujer muy importante
en una época y un trabajo solo de hombres.
Ojalá vuelva a veros en el próximo Viaje en el Tiempo, os
recuerdo que estamos en el estudio de Radio Onda Cabanillas y nos estas
escuchando en el 107.0 FM, también nos puedes sintonizar a través de Radio
Garden, o la página web del Ayuntamiento de Cabanillas del Campo.
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